Las recompensas de un programa de branding 

Los casos de re-branding superan a los lanzamientos y muchas veces se subestima la importancia de un buen programa de estrategia de identidad de marca. 

¿Qué causas ameritan un rebranding? 

  • Desacople con el contexto competitivo
  • Estética que no representa la posición deseada
  • Narrativa de marca que no conecta con el cliente
  • Falta de personalidad
  • Perfil avejentado
  • Comunicación errática y sin un norte preciso

¿Qué recompensas tiene un re-branding?

De cara al cliente:

  • aumentar calidad percibida
  • justificar un plus de precio respecto de la competencia
  • tener la chance de hacer crecer mi base de clientes 
  • credibilidad para extender a otras ofertas
  • difusión boca-en-boca

De cara a la competencia:

  • recuperar el  liderazgo ideológico en la categoría
  • poder para disuadir a nuevos jugadores
  • más margen de tiempo para innovar

De cara a la organización:

  1. hacer tangible la voluntad de cambio
  2. energizar a la fuerza de ventas
  3. generar atractivo para enrolar mejores talentos
  4. más involucramiento del personal clave

¿Pero cuáles son los enemigos ocultos?

Hay dos que se repiten todo el tiempo: un mal cálculo respecto de la energía necesaria para llevar a cabo el proceso y la falta de constancia. 

Ninguna organización que acompañé  imagina el grado de energía de activación que se necesita para llevar adelante un proyecto de rebranding. 

¿Dónde está la causa? Se piensa que cuando se “entregan los manuales” termina el proceso y en realidad recién empieza y lo que viene requiere de mucha energía adicional (muchísima) y acá aparece el otro enemigo.

Estoy convencido de  que nuestras expectativas definen nuestro ritmo emocional, y creer que un proyecto “ya está” cuando falta todavía casi todo puede ser inmensamente frustrante. 

¿Una posible solución? 

  1. Anticipar que esto es un proceso (no es un evento), 
  2. Dividir el proyecto en etapas.
  3. Incluir una etapa de capacitación
  4. Todo proceso de cambio requiere de “follow-up”

La falta de constancia es el peor enemigo de un proyecto de re-branding sin embargo somos muy buenos cumpliendo etapas. Funcionamos mejor en modo secuencial que lineal.

Tito Avalos

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